Muchos profesionales se preguntarán cómo se entrenan éstos conceptos puramente científicos precisamente porque el entrenamiento es una ciencia y no ciencia ficción de viejos alcahuetas que piensan que la ingeniería de la bicicleta tiene que llevarlos a ellos y no al revés.
Tadej Pogacar ha demostrado en éste Giro de Italia que es un escalador que sabe que la ingeniería que posee la tienen que mover sus piernas y su ritmo cardíaco.
Tiene claro que para ser un súper clase tiene que ser un inmenso rodador y un escalador que arrastra la ingeniería donde se sienta a los más altos collados.
Saber cómo entrenarse en la montaña es esencial por la equivalencia científica que la montaña le otorga ser un gran rodador en el llano y en las bajadas, un concepto que la mayoría aún pasen treinta años nunca entenderán.
De hecho yo mismo lo aprendí por mi entendimiento científico autodidacta, ya que éstos conceptos son imposibles de aprender y tener consciencia de ellos en un entorno académico.
Los grandes rodadores se muestran en las más duras condiciones. Lo hemos visto en Vingegaard, Evenopel y Pogacar, y algún otro que se ha quedado a las puertas de la evolución suprema.