La tragedia de su muerte hizo llorar al ciclismo aficionado en todas sus capas. Tenía apenas 32 años cuando sufrió una depresión que le provocaría por ende un infarto de miocardio.
La leyenda del Chava Jiménez trascendió en otros deportes cuyos aficionados seguían las grandes y gloriosas escaladas de un ciclista que creó escuela incluso siendo gregario de Abraham Olano.
Su amistad con el italiano ídolo de masas Marco Pantani arrastraba a miles de miles de seguidores a las clásicas donde obtuvo brillantes resultados que fueron ejemplos para otros ciclistas.
Sus esfuerzos fueron épicos en las grandes vueltas. Quién no soñaría con emular las grandes ocasiones del Chava Jiménez?.
Fue una de las grandes estrellas del pelotón que las personas más cercanas de su entorno recuerdan como un ciclista capaz de todo, y que dos décadas después de su muerte sigue influyendo en las nuevas generaciones de aficionados y ciclistas.
Dicen que era el escalador del Todo o Nada que hizo del ciclismo Arte.
El 6 de diciembre de 2003 un escalofrío paralizó el cuerpo de los aficionados al ciclismo: "El Chava Jiménez había muerto."
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