Rodar cuesta arriba después de bajadas tan duras como las que estoy viendo en el perfil de ésta etapa, necesita que la acumulación de lactato en la sangre fluya al ritmo de las piernas para evitar pájaras.
De esto saben bien Pogi y Quintana. Pero en ningún momento del Giro he visto a Nairo Quintana al 100% y pienso que aún está en modo entrenamiento como para verlo pegar un zarpazo con éxito.
A mí me parece que esta etapa le viene muy bien a Julián Alaphilippe, un rodador portentoso que ayer le faltó la suficiente fortaleza en las duras rampas de la meta.
Etapa pues de tan solo 159 kilómetros.
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