Me garrapatea cómo cada vez han ido bajando los kilómetros de las etapas para vendernos un deporte explosivo donde antes era épico.
Que el Angliru, una montañita pequeña por debajo de la media española, la pongan como techo de La Vuelta, es un engaño masivo que se han tragado muchos que se consideran expertos en ciclismo.
Otra pedorra de etapa subirá a La Bola del Mundo (2.262 m) de la Sierra de Guadarrama, más segoviana que madrileña.
Pero ya sabemos cómo son los vendedores de humo cuando dicen que Valencia es provincia de Madrid.
Las etapas que yo recuerdo, casi todas iban por encima de los 220 kilómetros.
Ahora ponen etapas de 150 kilómetros para que no se quemen los pobrecitos pijos como Ayuso.
Así corren más rápido y terminan antes para llegar al banquete y los pobrecitos duerman mejor.
Recuerdo etapas de casi 300 kilómetros. Pero eso los hipócritas no lo ven viable porque el ciclismo de hoy está hecho a medida del montón de pijos domingueros.
Los equipos parecen un club de amiguetes que van a salir a dar su paseíllo diario.
La estafa competitiva no se queda en el florero. La Vuelta está cada vez está más desprestigiada en favor del Tour y el Giro.
Solo la ven los aficionados más radicales del ciclismo mundial.
Pero no por la alta competitividad, sino por el deslumbrante porvenir de las marcas de bicicletas y las nuevas tecnologías.
La forma de afrontar lo del Angliru (1.570 m) y la Bola del Mundo (2.265 m), se nota que es una carrera para ciclistas pijos domingueros de a 150 kilómetros la etapa.
Le han robado a La Vuelta la épica de los 250 o 275 kilómetros y ascender a cumbres de verdad.
Por eso se les ocurrió vendernos los porcentajes de un montecito de 1.500 metros, así no hacen etapas de 250 kilómetros subiendo por encima de 2.500 metros. El Angliru es monte para pendejos 😂😹😝
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