Algunas revistas dedicadas al deporte de competición, firman artículos presuntamente especializados, pero a poco que los mejores lea, fluye la ignorancia.
Las diferencias entre Tadej Pogacar, Jonas Vingegaard o Remco Evenopel por ejemplo, no son tan grandes como las pintan los tiempos de diferencia.
La línea que separa el rendimiento físico a veces es la diferencia entre el máximo nivel anaeróbico y el máximo ritmo cardíaco de un atleta bien entrenado.
Lipowitz por ejemplo, se sitúa en una franja de rendimiento entre Evenopel y Jonas Vingegaard, la mínima diferencia que define los tiempos de minutos por kilómetro.
En la séptima etapa de la Dauphiné Liberé hemos visto que los tiempos entre Tadej Pogacar y Jonas Vingegaard definidos en apenas 14 segundos por detrás de Pogacar sobre poco más de 10 kilómetros, que es cuando se inició el ataque.
Darse cuenta que muchos no saben ni de qué se trata, no hay más que fijarse en los tiempos entre Pogacar y el tiempo que marca el veinteavo de la séptima etapa.
Quien no lo entienda, que coja una calculadora y calcule. ¡Seguro que no sabe!.
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